Siervo de un gran reino

por Sara Delgado

Siete años atrás, Walter decidió ser Candela y dejar la provincia de Santa Cruz. En marzo, regresó como varón y pastor evangélico. Mientras tramita su des-transición. recorre templos patagónicos con su mensaje de curación como exgay, extrans, ex adicto a las drogas.

Fotos: Carlos Javier Diaz

Mayo 2023

Acovachada como tantas veces en los rincones grasientos donde esnifaba crack, la mujer de pelos largos color ébano, descalza y agobiada por el calor del Amazonas, escuchó el rugir de un trueno, y en él, a Dios que clamó por su nombre: “Walter, Walter, Walter”.

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«Y creó Dios al hombre a su imagen y semejanza» Génesis 1:27

En marzo de este año, Walter llegó a Pico Truncado, la ciudad que dejó hace siete años, cuando hizo su transición a mujer, en la provincia de Santa Cruz. De ambo oscuro y camisa blanca, el pelo cortado como colimba, transita el angosto pasillo del templo pentecostal hasta ingresar al salón donde transcurre la ceremonia. La multitud, a un lado y otro de la alfombra borgoña, levanta los brazos y glorifica su presencia, cuando desde el fondo, una mujer entrada en años, robusta, corre y se abroja a su cuello. La gente se exalta y llora. ¡Alabado seas Señor!, ¡Todopoderoso! ¡Amén! ¡Amén!

Siete años llevaban Walter y su madre sin verse ni hablar desde que él se fue mutado en una chica. Su llegada a Santa Cruz se da casi como un rockstar. Visita los canales de televisión, recorre los templos con su mensaje de curación como exgay, extrans, ex adicto a las drogas, todo por obra de un Dios que aborrece la impureza de las almas.

- El señor me envía Providencia para viajar, hasta viajé en avión y yo nunca había visto uno, pero lo hizo con la condición de que me encuentre con mi familia adentro de la iglesia. Estaban todos en el altar, sólo que mi mamá no se aguantó y salió corriendo a abrazarme -dice Walter, que acepta contar su historia porque así le pidió Jehová que hiciera.

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«Lo que es nacido de la carne, carne es» Juan 3:6

Walter Orlando Aravena nació a fines de los noventa en la localidad petrolera de Las Heras, al norte de la provincia, cuando una epidemia de suicidios se llevó a más de treinta pibes que se colgaron de los portones, los garajes y árboles. Era muy chico cuando se mudaron a Pico Truncado y se instalaron en la zona del basural. De su padre no me habla y de su madre aprendió la destreza para escarbar en el desperdicio y el humo negro de las quemas, separando lo que era útil, podrido, perfumado, nada.

- Mi niñez ha sido muy difícil, muy precaria. Vivimos y comimos del basural muchísimos años hasta que mi mamá consiguió una casa de barrio y nos vinimos más a la ciudad. Fui abusado muchísimas veces desde los tres años. Eso ha despertado un placer sexual, ha despertado los deseos de la carne, mi inocencia fue corrompida. Desde ahí en adelante comienzo a ser un afeminado, comienzo a tener actitudes afeminadas a través de los abusos -dice, conectando su despertar homosexual con los crímenes que padeció.

Aunque como mujer militó por los derechos LGBT, lo que piensa hoy está más cerca de lo que dicen sectores conservadores. Muy parecido a aquello que escuchamos por TV, cinco días antes de que se sancionara la Ley de Matrimonio Igualitario y Mirta Legrand le preguntó a Roberto Piazza: “Si una pareja de homosexuales adopta a un chico, ¿no podría producirse una violación hacia su hijo?". En el colectivo diverso, que se diga que la homosexualidad es consecuencia del abuso sexual, es pura retórica divisiva y demonizante.

Cuando cumplió diez años, Walter ya sentía atracción por varones, pero para su familia y la congregación evangélica a la que pertenecían, eso era pecado. Uno terrible porque, además, se le tejía desde las tripas y con contornos de mujer. Cada vez menos Walter, cada vez más infiel a su Dios, optó por abandonar la casa el día que el cuchicheo del pueblo corrió como diente de león hasta los oídos de su madre, diciendo que se lo veía por ahí con relleno en las tetas y soleritos.

- ¿Qué nombre elegiste para el cambio de documento? -le preguntaron en 2013 en el registro Civil de Pico Truncado, donde se convirtió en una de las primeras personas en hacer uso del derecho a cambiar su identidad con la Ley 26.743.

Walter dice que florecer en Candela Guadalupe fue demasiado fácil. Que ese día estaba muy drogada, y que en el Registro nadie le puso peros, ni le pidió interconsulta con algún psicólogo ni abogado. Y es que la Ley de Identidad de Género dice que el cambio se hace a simple solicitud, sin requerir de ningún otro tipo de trámite, autorización judicial, tratamiento psicológico ni médico, pero que además es gratuito.

Candela tuvo su documento al día siguiente y de inmediato empezó con las hormonas que le engrosaron los pechos, le suavizaron la voz y el pelo. Esa medicación está disponible en todos los hospitales de la provincia y según reveló el Ministerio de Salud, actualmente hay 243 personas bajo tratamiento.

- Era un travesti peleador, yo era un divisor en la familia porque tenía problemas psicológicos, espirituales. Estaba alejado de la Iglesia, no quería que me predicaran. Fue todo por la euforia de la identidad de género, esa revolución que había y yo me subí a ese colectivo -se lamenta ahora.

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« Si un hombre yace con otro, los dos morirán» Levítico 20:13

Liberada la hembra que encerró tanto tiempo, Candela cargaba ahora con un cielo de plomo que la hundía con el desprecio de los demás. Su sola presencia resultaba escandalosa en esa comunidad de apenas veinte mil habitantes. Hizo entonces lo que la gran mayoría de las chicas trans hace cuando quedan a la intemperie: prostituirse, solo que en Santa Cruz el clima golpea como el revés de una mano haciendo imposible el giro en la calle, y el gobierno ya había reventado los cabarets con pases, por lo que el rubro migró a la clandestinidad de los departamentos “vip”.

No tenía veinte cuando decidió irse. Viajó por varios países de Sudamérica hasta llegar a Brasil, donde Dios se le reveló con la fuerza de un estruendo. Fue en una isla en medio del Amazonas llamada Parintins, una favela donde las iglesias evangélicas brotan al ritmo de la desigualdad y los nuevos pobres. Entonces tenía un novio y juntos pedían la comida que sobraba en restaurantes y revolvían los contenedores de basura. Eso estaban haciendo la noche del 29 de marzo de 2021.


- Cuando dijeron tres veces mi nombre, supe que era Dios llamándome para tomar una decisión eterna: arrepentirme de mis pecados y seguirlo, o ir al infierno. Esa noche vi los demonios, vi un pozo profundo, oscuro y entendí. Sentí paz y en ese momento le pedí a Dios que me ayude y él me libertó a través de sus palabras.

De rodillas en la calle, Candela Guadalupe clamó con los brazos en alto. Gritó escandalosa mientras su pareja la sostenía de los hombros. “¡Me voy con él! ¡Me voy! ¡Jesús, quiero conocerte!”, vociferaba, y su novio le insistía con que, tal cosa como Dios, no existe.

Al otro día entró pidiendo ayuda al templo pentecostal Manaos, en la zona más carenciada de Parintins. Eso me cuenta, pero en una entrevista que dio en el canal de Pico Truncado, dijo que cayó buscando drogas. Lo cierto es que el lugar se le reveló fraterno y se sintió abrazada por la congregación, que la hizo volver a la semilla, escapar de la muerte.

El templo de Parintins era precario. Piso irregular, chapas de zinc y un patio con tinglado donde llevaron a Candela para su iniciación. Al revés de la historia de Sansón, que protege el secreto de su fuerza en el pelo que no cortó por su promesa a Dios, el primer acto para hacer de esta santacruceña una sierva de Jesús, fue arrebatarle la melena. Un coro de mujeres cantaba en portugués cosas como “va a pasar, va a pasar… debes creer… va a llegar la solución a todo”, mientras le iban sacando los mechones que le llegaba hasta el esternón. Sentada y de vestido, temblaba apretando los dientes, y el color de su cara mojada de llanto iba entre curcuma y azafran.

- ¿Por qué llorabas?

- Emoción. Estaba librando una batalla espiritual. Si bien te cuento que como travesti he logrado todo lo que muchos travestis deseaban: un hombre que te ama, una casa, viajar, la droga nunca faltaba, y la prostitución tampoco. Sentí que había un arrepentimiento, sentí que había una búsqueda de la verdad dentro de mí. Si puede Dios hacer algo con una nada, acá estoy, yo soy un nada para comenzar desde cero.

Dice que fue su decisión matar a Candela ahí mismo, y mudarse a su antigua apariencia con las ropas que le prestó el pastor Pedro Méndez, el líder de la iglesia Manaos y quien luego lo bautizaría en el agua ocre del río Amazonas.

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“Más la dádiva de Dios es vida eterna” Romanos 6:23

Walter también dice que tuvo que confesar en la iglesia amazónica que era una chica trans, porque no se habían dado cuenta. Que antes estuvo en otra ciudad donde fue a un templo evangélico y se ganó un pasaje para llegar a Parintins.

La cuestión de los pasajes emerge opaca. La semana pasada una familia de la localidad de Piedra Buena, en el centro de Santa Cruz, compartió en un posteo su felicidad por haber conseguido los aéreos para misionar en la misma isla brasileña. Providencia, gracia divina, quién sabe.

La lógica se repite cuando explica cómo vino al sur. Walter comenta que “nunca había viajado en avión. Viajé en primera clase, Dios me bendijo con una primera clase”.

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"Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación" San Marcos 16, 15-18

Hace poco menos de medio siglo que la iglesia evangélica comenzó a copar un Brasil católico por excelencia. Son hijos de la reforma protestante que llegó al país carioca bajo el brazo de los europeos que se colaron por la fisura que abrió la liberación católica y su opción por los pobres. Así, las iglesias evangélicas protestantes, bautistas, metodistas, menonitas y sobre todo las pentecostales, crecieron tanto en favelas como en los barrios privilegiados, predicando “a toda criatura”.

En nuestro país, este fenómeno se vio con mayor claridad en 2019 cuando el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) hizo la Segunda Encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas, que mostró la caída superior al 13% de católicos (pasaron del 76,5% al 62,9% entre 2008 y ese año), mientras que el 18,9% de la sociedad dijo no tener religión y los evangélicos -que en 2008 representaban el 9%- alcanzaron el 15,3%. Es decir que crecieron un 6,3% respecto de la medición que se hizo once años antes. Pero un dato significativo es que la mayor proliferación de templos y fieles evangélicos se dio en la Patagonia, donde el 24,4% de la población se declaró practicante.

En Brasil impregnaron los sindicatos y gobiernos, con un peso electoral que puede hacer fracasar a un candidato o embadurnarlo de triunfo. Eso pasó con Jail Bolsonaro (católico) y su lema “Brasil encima de todo, Dios encima de todos”, dictado al oído por la Renovación Cristiana.


Así también fue como el país de Lula, Marielle Franco y Caetano Veloso endureció su política contra los derechos humanos, envalentonado en el gobierno de extrema derecha. “Prefiero un hijo muerto antes que gay”, dijo Bolsonaro, para quien era además inadmisible que Brasil fuese conocido como un paraíso para el turismo LGBT. Todo esto allanó el camino para que en 2017, el juez Waldemar Claudio de Carvalho, autorizara las terapias de conversión para homosexuales, prohibidas desde 1999, es decir, tratamientos para curar lo gay.

- El día que me entrego a Jesús, yo renuncio a mi vida, a mis placeres, renuncio a una ideología para seguirlo y ser transformado por el Espíritu Santo, el Espíritu de la Verdad a través de la Palabra de Dios. Hoy soy un pequeño siervo de un gran reino -resume el misionero de Santa Cruz.

En Argentina y el mundo, los casos de des-transición son un fenómeno fuera de lo común. Esteban Paulón, que es director ejecutivo del Instituto de Políticas Públicas LGBT+ e integrante de la Comisión Directiva de la Federación Argentina LGBT (Falgbt), dijo que “es totalmente marginal” el porcentaje de personas que se arrepienten. “En la provincia de Santa Fe, sobre dos mil y pico de personas trans, de mil ochocientas que hicieron el DNI, una sola tuvo un proceso similar al de Walter. Persona trans que ingresa a una comunidad religiosa evangélica y des-transiciona, para ponerse en pareja con la pastora y empezar el magisterio”, por lo que “te diría que, más allá de que sea marginal el porcentaje, sí veo un patrón en relación a que hay comunidades de fe que tienen esta teoría de que la homosexualidad, la transexualidad, la diversidad, se curan, y por eso aparecen acá con estas opciones de ciertos tratamientos, ciertas inducciones, ciertos condicionamientos”, criticó.

Las terapias de reconversión siguen vigentes pero cada vez mejor camufladas como cursos de amor propio, yoga, coaching ontológico, y en la mayoría de las veces tienen vínculos con las iglesias, que las llamaban “corrientes de liberación”.

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"La palabra casualidad aparece una sola vez en el Nuevo Testamento, en la parábola del Buen Samaritano". Lucas 10:31.

Desde que llegó hace tres meses a Santa Cruz, Walter predica “ganando almas para Jesús y contando que Cristo vuelve pronto”. Habla desde la experiencia personal y su mensaje está orientado a la juventud.

“Atención a todos los pre-adolescentes y adolescentes. Les compartimos que mañana vamos a tener una reunión especial, para cerrar el tema de identidad en unión con los chicos y tenemos como invitado a Walter Aravena…” se lee en los posteos de las iglesias que lo etiquetan en sus redes. Walter tiene bastante actividad en línea y comparte con mayor frecuencia textos de Corintios, cuyo sentido es ampliamente disputado sobre todo por las mujeres, a quienes San Pablo les asignó un papel de completa inferioridad frente a los hombres.

Pero además, Walter replica con regularidad la palabra de Agustín Laje, uno de los mayores exponentes del universo antiderechos, en la lucha contra la llamada ideología de género, eso que los evangélicos explican como un pensamiento de izquierda que representa el anuncio del fin de los tiempos.

Walter es alegre y canchero para predicar. Sabe cómo hablarle a los pibes y las pibas: “Yo era re pecador. Yo digo, ¡uh! ¿sabés que Dios se acuerde de lo que yo hice a cada rato? Naaa, re feeeo”. Es histriónico y fluye por todo el escenario para convencer, y en efecto parece convencido de que se transformó por elegir a Dios, aunque claro, también para ser perdonado, aceptado y amado por él.

Una mujer rubia, esbelta y trans, posa en una serie de fotos que fueron compiladas en un video en el cual, transcurridos treinta segundos, comienzan imágenes de su des-transición hasta llegar a la actualidad, como Josías Silva. El video tiene una edición muy similar, incluso en la musicalización, a uno que me pasó Walter, donde se cuenta su historia. “Hubo mujeres que fueron cambiadas por la gracia de Dios. Corintios 6:9”, escribe el hombre que se “recuperó” de la homosexualidad y que, como Walter, ahora es pastor pentecostal.

- Estoy luchando para conseguir mi documento masculino para poder así volver a Brasil, ya que estoy orando con una mujer de allá para poder casarnos. Dios dice que el Señor cumple el deseo de tu corazón y el deseo de mi corazón hoy es formar una familia y tener dos hijos, una mujer bendecida y un ministerio bendecido por Dios -dice Walter, que hace unos días publicó en sus redes una foto afuera del Juzgado de Pico Truncado donde hizo la presentación.

Es que la Ley de Identidad de Género dice que la primera vez se puede hacer cambio de documentación y rectificación de partidas sin autorización, pero que, de darse una segunda, es necesario el permiso judicial.

Marcelo Nieva es el defensor público adjunto que lleva adelante el trámite de Walter, y explicó que la sentencia salió con la vista del Ministerio Publico Fiscal, autorizando al cambio de nombre y rectificación de partida. La defensoría pidió al Registro Civil que el trámite fuese gratuito (solo lo es la primera vez) y estos tampoco se opusieron, por lo que en breve le va a llegar el DNI acorde a su identidad de género.

Walter tiene días acelerados en la provincia en la que nació, y de la cual se sintió expulsado por haberse elegido mujer. En los templos la gente lo aplaude, se sacude con su prédica, lo toca y llora. Si lo apuran un poquito, se considera un elegido, sobre todo desde la vez que Dios se le apareció en sueños a su madre y le lanzó una promesa: “Levantaré a tu hijo como profeta para las naciones”.

Aunque suene extraño, la narrativa de Walter tiene sentido porque las revelaciones, manifestaciones físicas y demás experiencias espirituales extremas son una de las características que distinguen la cosmovisión pentecostal. Aun así, no hay un parámetro para medir qué convierte a alguien en profeta, aunque el Apocalipsis tenga para él una de las verdades más perfectas. Y es que su Dios ama al pecador, pero odia el pecado.