Las hermanas Campo Maripe contra Patricia Bullrich

por Melisa Cabrapan Duarte

En junio de 2017, por un pedido de YPF, Gendarmería quiso ingresar a tierras reclamadas y defendidas por la comunidad mapuche Campo Maripe, en Vaca Muerta. Ante la violencia del operativo, siete hermanas y hermanos del lof se pusieron al frente de una causa judicial: denunciaron a Patricia Bullrich por “abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. En los últimos días, la ex Ministra de Seguridad fue sobreseída. El fallo no agota un reclamo histórico por recuperar el territorio originario.

Fotos y composición: Carolina Blumenkranc

Junio 2023

Josefa, Marta, Celinda, Susana, Mabel y Albino Campo andan siempre juntos. En 2013 ya vivían en diferentes puestos ubicados en territorio que se disputaban las petroleras, cuando escucharon en la radio que se realizaría un evento en la Universidad Nacional del Comahue por el quinto aniversario del Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas y confiaron en que allí podrían encontrar ayuda para lo que estaban atravesando, específicamente con la empresa Chevron.

-¿De qué comunidad son? -les preguntaron en la Universidad.

-De ninguna.

Aún no se habían conformado como comunidad ni recuperado el territorio. Pero haber conservado en su genealogía saberes, formas de vivir y de relacionarse entre ellos/as y con el lugar, y desear retornar a lo que les habían arrancado, fue el visceral impulso para alcanzar lo que hoy son: un lof (comunidad).

En la historia del Lof Campo Maripe que se revitaliza en su hacer de cada día hay mapuzugun (lengua mapuche), hay gejupunzugu (ceremonia y comunicación con las fuerzas de la naturaleza), y hasta hay kvpan (origen familiar) de machi, como cuenta Lorena Bravo, hija de Celmira Campo: “se transmite por generación, se transmite por conocimiento”.

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En agosto del 2021, durante una ocupación en la intendencia de Añelo, el epicentro de Vaca Muerta, al norte del departamento neuquino de la Confluencia, el intendente dijo que allí sólo había una comunidad mapuche: la Paynemil, desconociendo en particular al Lof Campo Maripe. Autoridades de todas las comunidades de Xawvn Ko exigieron el desagravio y pedido de disculpas. Celinda Campo le dijo al intendente:

-Ustedes no nos tienen que reconocer, somos originarios del territorio ¡Nosotros tendríamos que reconocer a los que vinieron de afuera! Somos ciudadanos argentinos pero tenemos la nación mapuche. Mis padres no conocían sus derechos, por eso no se hicieron comunidad. Yo soy mapuche, y me declaro comunidad cuando yo quiero, no cuando a vos te parece, el gobierno tiene que registrarnos.


Por esa misma falta de reconocimiento y en el contexto de la disputa territorial, el 21 de junio de 2017, alrededor de 50 efectivos del Escuadrón Núcleo Comahue de Gendarmería Nacional ingresaron al Lof Campo Maripe. Según la comunidad, el operativo, comandado por la entonces Ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Noceti, se realizó sin orden judicial y no sólo violó los derechos indígenas, sino que vulneró la integridad física y psíquica de las personas por la sobredimensión del operativo que, en palabras del defensor federal Pablo Matkovic, “pudo haber sido un desastre”.

Aquel día, cuando Gendarmería ingresó apenas estaba amaneciendo. La actual longko Mabel Campo estaba ahí y escuchó cómo pateaban las pequeñas carpas que estaban armadas, y pensó que “menos mal que no había nadie en ninguna”. Aún en pijama, creyó que le iban a pegar, porque también le dieron patadas a la casilla en donde ella se encontraba, y cuya puerta estaba atada con alambre por dentro. Cuando uno de los gendarmes logró abrirla, otros uniformados dijeron: “tranquilo, tranquilo, que está sola”. Ella había alcanzando a llamar a su esposo y decirle con mucho susto:

-¡Está gendarmería, un montón, trajes, camionetas, está gendarmería, está gendarmería!

La longko dice que, por suerte, no había más personas, sobre todo jóvenes, porque se hubieran resistido y los hubiesen golpeado. Durante el mismo 2017, similar accionar de las fuerzas armadas en Cushamen, Chubut, y Villa Mascardi, en Río Negro, terminó con la vida de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, por lo que la werken Lorena expresa con angustia que “pudimos haber sido uno más de la lista”.

La denuncia penal fue elevada por un conjunto de organismos de DDHH y organizaciones sindicales y partidarias de la Ciudad de Neuquén por “abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público” (248 del Código Penal de la Nación Argentina) contra la Ministra, el Jefe de Gabinete y Jefe de la Agrupación XII Comahue, Dante Zabala, Comandante de Región, Luis Hector Lagger, y Comandante General de Gendarmería Nacional, Carlos A. San Emeterio.

En 2021 el propio Lof Campo Maripe se constituyó como querellante para impulsar la causa. Este proceso citó a indagatoria a Patricia Bullrich y al resto de los denunciados a pesar de su pedido de prescripción de la acción penal. También se realizó la reconstrucción de los hechos en la comunidad hacia fines del 2022.

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- Ustedes no hacen un pozo más.

Así se habían plantado un año antes, en 2016, los y las hermanas Campo deteniendo una línea consecutiva de por lo menos cinco locaciones de perforación que pretendía hacer YPF. Ingresaron a la bodega (obra cementada para la instalación del equipo perforador), pararon las máquinas y hasta se sentaron adentro de la pala. Los operarios se empezaron a ir, pero llegaron jefes de equipo y otros cargos jerárquicos de la empresa, seguidos por una escribana que notificó la interrupción del trabajo petrolero, y la obstrucción del abastecimiento energético. A las/os integrantes de la comunidad les iniciaron una denuncia penal por esa acción, otra para sumar a las tantas que tenían.

Lorena Bravo, hija de Celmira Campo, es la werken (vocera) del Lof Campo Maripe, una de las 14 comunidades del Consejo Zonal Xawvn Ko de la Confederación Mapuche de Neuquén, y dice no tener el temperamento que tenía su mamá. Fue ella la que más se movilizó en los inicios, hace ya más de una década, para que los y las hermanas y la familia extensa se organizaran.

Aún recuerda el día en que su madre llegó con tanta emoción y lágrimas contando que habían elegido a su hermano Albino como longko de la comunidad, así como a todo el kvme feleal (círculo de autoridades). Tenía la convicción de que de ahora en más las cosas iban a ser diferentes y que se iban a enfrentar al mundo de otra manera. La felicidad que expresaba su mamá por todo lo que se estaba generando para defender el territorio era contagioso, y fue animando a las generaciones más jóvenes.

En 2011, Celmira, el longko Albino y el resto de las hermanas decidieron recuperar el territorio que propietarios privados y concesiones petroleras les habían usurpado, y de ponerle freno al avance de las empresas y de lo que en ese momento aún era desconocido: la explotación de hidrocarburos mediante fracking. Se anunciaba como una mina de oro, pero la explotación de la famosa formación geológica Vaca Muerta ya empezaba a mostrar sus heridas.


Las hermanas Campo, además de ser muy parecidas físicamente comparten un tono de voz similar y tienen el don de hacer reír con las anécdotas que relatan sobre sus maneras de resistir en el territorio, en cada una de las acciones directas que han llevado adelante, con las que dicen, deberían escribir un libro.

Cuando estaban iniciando la recuperación territorial en el año 2011, Marta, la hermana del medio, estaba en un resguardo en la meseta, una construcción provisoria y precaria en donde la gente se instala durante semanas y hasta meses si es necesario para cuidar el lugar. En la amplitud de ese espacio, en donde el horizonte se desvanece a lo lejos, el único reparo son los jarillales de metro y medio de altura, por lo que el refugio que se monta protege a la comunidad de los fuertes vientos que predominan durante todo el año. Marta estaba sola, cuidando el fueguito y tejiendo, cuando llegó un patrullero lleno de policías:

-Bueno señora, ustedes me tienen cansado, me tienen podrido -le dijo un uniformado- ¿Cuándo se van a dejar de joder? No pueden estar acá.

-¿Qué querés que haga, querés llevarme presa? -le contestó Marta mientras agarraba su banco, hilos y agujas, y se subía a la traffic de la policía.

-¿Qué hace señora? ¡Bájese!

-¿No viniste a llevarme? Llevame. Me vas a llevar hoy, mañana me tenés sentada otra vez acá.

La longko Mabel, que es la menor, también rememora las primeras acciones que realizaron. Estaba con dos de sus hermanas, Josefa y Celinda, en otro resguardo, cerca de la hora de la comida, cuando llegó la policía enviada por las empresas argumentando que estaban entorpeciendo los trabajos. La longko y Josefa se quedaron adentro del ranchito, y Celinda salió con las papas que estaba preparando, diciendo que ella estaba sola y que no sabía a qué se refería porque no había ningún corte.

El policía insistió con que había más mujeres -tal y como le habían informado en el parte-, y amenazó con entrar y llevarlas presas a las tres. Mabel dice que Celinda, siempre con las papas en mano, también insistió en que no había nadie y que si quería llamar a su hermana que lo hiciera. Y aprovechó y le preguntó:

-¿Usted no tendrá un cuchillo que me preste?

-¡Bueno señora, usted me está tomando el pelo! Voy a entrar y voy a sacar a su hermana.

Josefa, que le tiene particular miedo a la policía, se asustó mucho e hizo como que llamaba al abogado: “¡Está la policía y nos quiere llevar!”, gritó, simulando que tenía un celular, en una zona donde no hay ningún tipo de señal, por lo que el policía empezó a reírse:

-¡Ay! Estas mujeres son un personaje. Bueno, mire, nos vamos porque con ustedes ya no podemos.

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Recuperar el territorio le llevó y lleva mucho esfuerzo a la comunidad, pero las hermanas Campo fueron las que dijeron “de acá nos sacan muertas”, y las que soportaron junto a sus familias el pasar de los días con altísimas temperaturas de verano, fríos de invierno, y con la hostilidad que implica ocupar una locación, tomar una torre de perforación y bloquear rutas y caminos petroleros. Porque además de las historias simpáticas que conservan, también fueron violentadas de distintas maneras.

Se les impidió el abastecimiento de agua y comida, tuvieron que resistir a sucesivos intentos de desalojo, y fueron víctimas de un despliegue de estigmatizaciones y discursos racistas, tanto en Añelo como en el país, por los intereses energéticos y económicos puestos en sus territorios. Pero ¿cómo no defender con el propio cuerpo el lugar al que le conocen cada rastro?


Para Marta y Josefa ir a la veranada de los animales era como sus vacaciones. Iban con su padre Belisario Campo, lo ayudaban a cuidar las chivas, compartían el caballo que tenían y lo vivían como una aventura. Hasta se llevaban a sus mascotas, desplazándose kilómetros y kilómetros por la meseta y una gatita que lamentan haber perdido le dio nombre a la Piedra de la Gata, un punto de referencia dentro del lof.

Del lado norte del territorio la posesión tradicional les corresponde hasta el Cerro Morado, que es el lugar que menciona el acta de desalojo labrada a Belisario Campo en el año 1978 para que se trasladara allí con los animales. Hasta ahí se demoraban dos o tres días en llegar, y en su base todavía conserva las piedras de la ruka (casa). Allí hay vertientes naturales, y es la parte más fértil y con más lawen (plantas medicinales) de la zona.

Tomando como referencia la dirección del humo negro que sale del mechero gigante, Lorena muestra que a lo lejos está El Orejano, otro de los yacimientos más productivos pero de menor tamaño de Loma Campana, que tiene 395 km cuadrados y es el primer desarrollo a gran escala de shale en la Argentina. Llama la atención que el campo operado por YPF y Dow lleve un nombre que le reconoce que no tiene dueño –como un animal sin marcación– por la inexistencia de puesteros dentro del área, lo cual supone que las grandes firmas consideraron que los otros yacimientos sí se superponían a territorios habitados como los de Campo Maripe.

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Al ponerle freno a las perforaciones, la comunidad logró recuperar parte de la tranquilidad robada y ejercer sus prácticas y saberes mapuche que incluso conservaban sin darse cuenta: celebrar el wiñoy xipantv a orillas del río, sitio que a las hermanas les remite a la memoria de su madre Carmen Carrasco.

Las mayores son las que más recuerdan y lamentan cómo fue en el año 1975 la venta de la tierra en donde su familia habitaba tradicionalmente. Es decir, con ellos/as adentro del territorio, que se convirtió luego en “propiedad privada”. La única opción de su padre Belisario para no tener que abandonar su lugar, fue quedarse como peón del nuevo dueño -de apellido Vela- y ser sometido a la servidumbre. Estos compradores de tierras fueron cambiando la matriz económica de la zona.

Como analiza la werken Lorena, primero vinieron como chacareros. Después vieron que lo ganadero era más redituable: “Corto toda la fruta, pongo feedlot, engorde de ganado y ya soy de la sociedad rural, de otro sector”, pensó Vela, “pero como ahora no les está rindiendo, venden las chacras y dejan entrar el fracking, total ni siquiera viven ni tienen un sentido de arraigo con el lugar”. Sin embargo, los Vela denunciaron a la comunidad por usurpación. Este proceso penal finalizó con un juicio en el 2019, las seis personas imputadas resultaron absueltas, y esto significó un conmovedor triunfo para el Lof Campo Maripe.

Lo que continúa impune es el incendio y destrucción de la primera ruka comunitaria y de dos casillas familiares. Fue en el 2013, en la parte alta del territorio, barda arriba. La longko Mabel cuenta que habían estado todo el día afuera de la legislatura en Neuquén, porque se firmaba el acuerdo YPF-Chevron, lo que provocó una enorme movilización social y multisectorial y la respuesta fue una dura represión. Ella lo recuerda como una guerra. Cuando regresaron al lof, por el cansancio que traían esa noche, no durmieron en la ruka:

-Pudimos habernos prendido fuego -dice.

Fue desolador ver todo lo que se había perdido, incluído el esfuerzo de haberla terminado hacía poco. Hasta las ollitas que tenían se fundieron por la explosión de la garrafa producto del fuego, y las puertas y chapas fueron prácticamente lo único que quedó, aunque en pésimas condiciones. Nunca supieron si los responsables fueron los Vela o las empresas, pero lo que sí está claro, como dice la werken Lorena, es que la ruka a la que hoy sólo le quedan cimientos es el emblema de su lucha. Y volver a levantarla es con lo que sueñan.


Así como la comunidad volvió a resurgir, también lo hace el verde que se multiplica con el crecimiento de los árboles de los últimos diez años y las flores con las que las hermanas embellecen sus jardines, porque para Marta si no hay plantas “es como si no viviera nadie”. Hasta los choyke (avestruz) volvieron a andar por la meseta que los cobija en su amplitud y entre jarillas, como a Susana, la hermana más campera de todas, que pasa largas horas arreando a los animales de a caballo o a pie, y la que se ha resistido a dejar el territorio incluso en los peores momentos de avasallamiento de Vela.

Hoy en día, dentro del lof hay dos plantas, una de YPF en Loma La Lata Norte, y otra de Pluspetrol en La Calera. El acceso a este yacimiento de gas y petróleo, junto al de Fortín de Piedra, fue bloqueado en enero del 2022 por las distintas comunidades del Consejo Zonal Xawvn Ko. Exigieron a la provincia el relevamiento territorial de todas las comunidades de Neuquén, en el marco de la prórroga de la Ley 26.160 (sólo 21 de 64 cuentan con relevamientos iniciados). Recientemente el Lof Campo Maripe celebró con mucha emoción junto al resto de los lof que comenzó el relevamiento de su territorio y después de tanta lucha, alcanzarán una mayor seguridad jurídica.

El Lof Campo Maripe insiste en que no se trata de resguardar solamente al interior de los límites de su tierra ya que si las empresas hacen las cosas mal, aunque determinadas obras estén lejos de su alcance y reclamo “a la larga va a afectar igual, y por eso se reclama”. La werken Lorena habla de los derrames, de las fosas de quema, las piletas de petróleo. Uno de sus tíos, Fernando, agrega otro drama: el constante tránsito pesado de camiones cargados de arena para la perforación. Menciona también los sismos, como otra de las consecuencias sobre la tierra:

-Acá se ha partido. ¡Se siente lo de Sauzal! -dice Fernando, refiriéndose a una localidad a 50 kilómetros aproximadamente, afectada por el fracking que se realiza en el yacimiento Fortín de Piedra de Paolo Rocca y que tiembla a diario.

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Los atropellos vividos ante el operativo impulsado por Bullrich llevaron a la comunidad a enfrentar a grandes poderes: “no hemos sido solamente nosotros, sino mucha gente de atrás alentando, apoyando”, expresa la longko Mabel. Se refiere a su lof, al Consejo Zonal Xawvn Ko de la Confederación Mapuche de Neuquén, a las múltiples organizaciones sociales, de derechos humanos, ambientalistas, feministas y sindicales siempre presentes, y a los medios de comunicación locales e internacionales que han difundido la resistencia anti-extractivista de las comunidades que habitan el territorio mapuche renombrado como Vaca Muerta.

La lucha de las ocho hermanas y hermanos Campo, de las/os que están y de las/os que ya no están, como Celmira y Lucho, se fundamenta en resguardar el territorio al que supieron retornar y recuperar junto a tantos saberes. Porque como dicen, “no se puede defender lo que no se conoce”.


Esta semana se conoció el sobreseimiento de Patricia Bullrich, Pablo Noceti y los jefes de la fuerza de seguridad que ingresaron al territorio en 2017. El juez federal de Neuquén, Gustavo Villanueva, determinó que está probada “la existencia y el cumplimiento de una orden dirigida a que Gendarmería Nacional proteja a las cuadrillas de YPF que debían realizar arreglos en las locaciones 22 y 138, el 21 y 22 de junio de 2017, y que en tal faena impidieron el paso de personas pertenecientes a la comunidad Campo Maripe”. La resolución dice, además, que la tierra donde Gendarmería realizó el procedimiento “estaba siendo reivindicada por la comunidad pero no le había sido adjudicada” y por tanto “son de dominio provincial”. La Confederación Mapuche no se dará por vencida y comunicó, a través de su abogado, Lefxaru Nawel, que apelará el fallo.

En la incertidumbre y la angustia por las amenazas de Noceti de querellar contra las mujeres de Campo Maripe, ante su absolución, Josefa reflexiona:

-Nosotros tendríamos que vivir como esos pájaros que solo escuchan los pájaros cantar.