El desafío de seguir

por Anselmo Torres

Superada la incertidumbre por el balotaje, es momento de reflexionar y asumir la voluntad popular. Pero al mismo tiempo seguir construyendo una universidad de calidad, bajo la bandera de la educación pública y gratuita.

Noviembre 2023


El balotaje terminó, tenemos un nuevo presidente elegido por el voto, las incertidumbres electorales ya se disiparon.

Lo primero que es meritorio decir es que no aceptar la voluntad popular sería de necio, aunque en el fondo pensemos que la decisión adoptada puede estar equivocada. Aun así, la voluntad popular se expresó y hay que aceptarla.

La vida es así, un entretejido de buenas y malas, y en los intersticios uno trata de ser feliz. Esos intersticios están del lado de la familia, de los amigos, de los compañeros de ruta, y de la comunidad, pensando siempre en que al otro también le vaya bien. No se puede transitar el mundo, la vida, esperando que solo a uno le vaya bien, la felicidad es más completa si es con muchos.

En lo referido a lo estrictamente electoral, el triunfo de la oposición y derrota del oficialismo se explica por un gobierno nacional que no supo resolver los problemas más acuciantes, que terminó con mayor inflación y mayor pobreza con las que comenzó y es eso lo que se reflejó en el resultado final.

Creo sinceramente que hay, también, una necesidad de replantearse, desde las bases mismas, las ideas centrales de los partidos populares, como el peronismo, el radicalismo, el socialismo, etc., que en sus orígenes fueron partidos populares. La sociedad que estos interpelan, hace mucho desapareció. Aquella sociedad industrial, más cohesionada alrededor del empleo formal, que gozaba derechos laborales e ingresos seguros ya no está, o al menos es hoy muy marginal. Estos partidos nunca supieron interpelar a los nuevos sujetos históricos: los trabajadores informales, los de la economía social y de plataforma, que no gozan de ningún derecho ni protección del estado ni de la sociedad.

No es un buen día para reflexionar, casi nunca se piensa bien con la mente cansada y en caliente; a veces es necesario tener una distancia con los acontecimientos. Al mismo tiempo tenemos que acostumbrarnos a pensar en el fragor de los acontecimientos, porque la realidad no da ni tiempo ni tregua, no siempre estamos escribiendo un libro, muchas veces como gestores estamos obligados a pensar la realidad inmediata, que es mucho más rica y más densa de lo que nuestros conceptos pueden captarla. Es hora de asumir de nuevo el desafío de poner la mente fría, la frente en alto y seguir la construcción de una universidad de calidad, que genere conocimiento, que los traslade a la comunidad y que esté al alcance la mayoría.