Segunda mano
por Santiago Rey
A propósito de los resultados electorales de las legislativas 2025 en la Patagonia.

Si el proyecto de Milei era “pintar la Argentina de violeta”, durante la mañana del domingo con el equipo de En Estos Días imaginamos una pared descascarándose. La Patagonia -nuestro radio de acción periodístico- diría “no” a la política de la crueldad y comenzaría el camino de repintado, con meta en 2027. Pasaría, según un imaginario alentado en las últimas semanas por los escándalos narco (Espert, Villaverde, como ejemplos) y de corrupción (ANDIS, Karina y el 3 por ciento), del violeta libertario al celestito tibio del peronismo desteñido, o a la paleta amplia de propuestas provincialistas, como el verde de Juntos Somos Río Negro o el naranja de Provincias Unidas.
Probamos placas, flyers, textos. Era por ahí. La imagen para la reconfiguración política de una región especialmente castigada por el Gobierno nacional: a la generalizada exacción sobre los recursos provinciales, en esta zona se sumó el impacto de la política cambiaria sobre el turismo, el deterioro de la infraestructura vial y la falta de obras estratégicas en una zona de casi un millón de kilómetros cuadrados, la importación de productos que golpearon las economías regionales.
Y así, intercambiamos mensajes e imágenes durante todo el día. Descascarado era la síntesis, el significante que nos había dado el propio mileísmo en su afán de pasar la brocha gorda.
Pero no. A medida que se acercaban las 18, los primeros boca de urna y las sensaciones que transmitían periodistas y dirigentes políticos de las provincias patagónicas, daban cuenta de un resultado, al menos parejo. La Libertad Avanza, en sus presentaciones provinciales, se mostraba competitiva.
Dos horas después de cerrados los comicios, ya no había lugar a dudas: la Patagonia -al igual que gran parte del país- aportaba una segunda mano de pintura violeta a una pared que, en la previa, mostraba signos de resquebrajamiento. Hubo un triunfo libertario general, con excepciones que se explican fundamentalmente por dinámicas políticas territoriales.
Veamos.
El dato político central es que, salvo en La Pampa donde Sergio Ziliotto ganó por ajustado margen, el resto de los Gobernadores perdieron la elección: Gustavo Melella, de Tierra del Fuego; Claudio Vidal, de Santa Cruz; Rolando Figueroa, de Neuquén, Alberto Weretilneck, de Río Negro; e Ignacio Torres, de Chubut. Cada uno tiene características y filiación política distinta, y algo en común: se pusieron al frente de las respectivas campañas, provincializando la discusión en algunos casos -Figueroa y Weretilneck, fundamentalmente- o adhiriendo con particularidades territoriales al debate nacional, en los otros -Vidal y Torres se sumaron a Provincias Unidas-. Lo cierto es que los oficialismos patagónicos salieron golpeados de los comicios de medio término y, uno a uno, ya piensan en una reconfiguración de cara a las generales de 2027.
De los nueve senadores que las provincias patagónicas pusieron en juego, La Libertad Avanza (LLA) se quedó con cinco; mientras que en Diputados la ecuación fue siete sobre quince.
La fuerza de Milei se llevó las dos bancas a la Cámara Alta por la mayoría en Neuquén -desplazando al aggiornado provincialismo de Figueroa- y Tierra del Fuego -donde el peronismo fue dividido-; y una por la minoría en Río Negro, donde perdió por 0,5 puntos con Frente Patria.
Los Diputados nacionales de LLA que asumirán el 10 de diciembre aportados por la Patagonia provienen: dos de Neuquén, uno de Tierra del Fuego, uno de Chubut, uno de Santa Cruz, uno de Río Negro y uno de La Pampa.
Entre los datos destacados -y llamativos- que dejó la elección, al tope figura que más del 30 por ciento de los rionegrinos votaron a Lorena Villaverde, la diputada con causas por narcotráfico en Estados Unidos y ligada sentimentalmente a Claudio Cicarelli, el testaferro de Fred Machado, detenido y apunto de ser extraditado por pedido de la justicia de Estados Unidos, y aportante de la campaña de José Luis Espert en 2019.
Villaverde no logró desmentir los datos aportados por medios nacionales que la vinculan al tráfico de cocaína. Sin embargo, un tercio de la población rionegrina la eligió para que pase de la Cámara de Diputados a la del Senado.
En ese ítem de la boleta, se impuso por 0,5 puntos el actual Diputado Martín Soria, que fue precisamente quien llevó al recinto del Congreso la denuncia por los vínculos y el pasado de Villaverde.
En cambio, en el tramo de Diputados, LLA con el empresario Aníbal Tortoriello le ganó a la científica y ex titular de la Comisión Nacional de Energía Atómica, Adriana Serquis. Ambos, asumirán sus bancas el 10 de diciembre.
El triunfo más destacado de Fuerza Patria en la región se dio en Santa Cruz. La lista que encabezaba el cura Juan Carlos Molina superó el 32 por ciento y se quedó con dos de tres bancas. La Libertad Avanza logró la tercera, a expensas del candidato del Gobernador Vidal, un pastor pentecostal. En las urnas santacruceñas, el catolicismo le torció el brazo al evangelismo.
Ziliotto, en tanto, sostuvo el folklórico triunfo peronista, aunque esta vez por apenas un punto en el tramo de Diputados y medio punto en Senadores.
Los discursos provincialistas de Figueroa (Neuquén) y Weretilneck (Río Negro) no conmovieron al electorado tal como esperaban sus líderes. Las oscilaciones en el vínculo con el gobierno nacional -ambos dispusieron de sus senadores y diputados para permitirle a Milei ganar votaciones en el Congreso- fue leído críticamente por la ciudadanía. La neuquinidad logró un segundo lugar y mantendrá una mínima representación parlamentaria nacional, y Juntos Defendemos (antes Somos) Río Negro llegó en tercer lugar -26 por ciento- y perderá capacidad de negociación, sin diputados ni senadores.
Los números más detallados y nombres de los candidatos ganadores y perdedores pueden consultarse en las redes de En Estos Días y en la web https://resultados.elecciones.gob.ar/
Cuando a las 22,30 el Presidente Milei inició su discurso -esta vez de saco y corbata, sin las tres o cuatro camperas que utiliza habitualmente; y con un tono medido que le permitió leer sin grandes derrapes sintácticos- en la Patagonia ya todo era reposo. La mayoría guardaba los tachos celeste o verde o naranja, mientras una brocha gorda daba la segunda mano de pintura violeta.